Pocos hechos nos permiten poder revalorar nuestro alicaído orgullo patrio y el futbol es una de esas pasiones de multitudes que pese a fracasos y contadas victorias nos permiten sentirnos mejor. Otra de las situaciones que permitirán hincharnos de orgullo y elevar nuestra moral a niveles superlativos será el veredicto final en La Haya; pero la pregunta es bastante sencilla ¿por qué?

Para el entender de muchos y es el nuestro también, lo que se definirá el 27 de enero en Holanda, va más allá de la delimitación marítima de nuestras fronteras con el país sureño, va más allá de la aplicación de la teoría de la equidistancia o que sea la última cuestión por determinar con nuestros países fronterizos; lo que se declarará en La Haya es una suerte de revaloración de nuestro orgullo nacional, de una identificación como peruanos y que simplemente no somos ni peores ni mejores somos un país UNICO y que contamos con TODO a nuestro favor para sentirnos dignos y evocar ese vals de Polo Campos que nos ensalza en sentirnos orgullosos de ser peruanos y ser felices por ello.

Pero, porque debería ser importante tomarle ese sentido a un fallo emitido por un Tribunal extranjero; simplemente porque durante muchos años, probablemente desde nuestro fracaso ante Chile en 1879 como nación ingresamos en una suerte de depresión colectiva y que generó a partir de ese entonces se heredara a las generaciones posteriores sentimientos de tristeza, frustración, pérdida de la autoestima y que dichos antecedentes históricos se han establecido en nuestra memoria general por la derrota en la guerra, pérdida de muchas vidas y territorios, desigualdad de armamento y saqueo de nuestros valores culturales entre otros atroces actos que son propios de países en conflicto.

Como en algún momento se indicó en nuestro post “Camino hacia la Haya: En búsqueda de la soberanía interrumpida” publicada en nuestro blog alderechoyalreves.tumblr.com, el 06 de diciembre del 2012 http://alderechoyalreves.tumblr.com/post/37323139877/camino-hacia-la-haya-en-busqueda-de-la-soberania y citando al bloguero César Vásquez Bazán (http://cavb.blogspot.com/2012/07/llamado-la-concordia-la-armonia.html): nuestro país no tenía ningún interés en iniciar un conflicto con Chile, porque si recordamos ni siquiera tenían fronteras comunes, muy por el contrario siempre intervino como es característico de la diplomacia peruana en tratar de buscar la paz en la región y mediar entre Chile y Bolivia para encontrar una solución a los problemas que existían entre ellos: “E l 5 de abril de 1879 la República de Chile declaró la guerra al Perú. Contrariamente a lo que algunos pudieran creer, Perú no había ejecutado ninguna acción inamistosa o de provocación en contra de Chile. No había invadido su territorio, no había ocupado sus ciudades, ni había bloqueado sus puertos. No aspiraba a arrebatarle sus minerales de cobre o plata. No había asesinado ni maltratado a ninguno de sus habitantes. Ambas naciones carecían de límites entre sí y no tenían reclamaciones pendientes territoriales ni financieras.”

Pero el hecho no es analizar las causas que originaron la Guerra del Pacífico, esos sucesos ya fueron o aún son materia de análisis por otros especialistas; el propósito de este post es señalar que pese a todo y estableciendo un escenario totalmente adverso como explica el internacionalista Ramiro Escobar (citando a SOMOS 1355) los demandantes “siempre ganan” aunque no se conceda la demanda por completo puesto que la corte nunca va a dar un fallo para que las cosas sigan igual, pero siempre se trata de buscar soluciones “conciliadoras”

Dentro de ese orden de ideas, el internacionalista y asesor del equipo peruano Farid Kahat, manifiesta que no es lo mismo controlar algo que ya tienes frente a algo que nunca tuviste con lo cual nos aclara que el Perú no pierde nada que ya controle. Otra situación que igualmente suma a nuestro favor se da en el sentido que el Jurista francés Allain Pellet quien encabeza el equipo de Juristas de la parte peruana, formó también parte del reciente reclamo que favoreció a Nicaragua frente a Colombia igualmente por límites marítimos.

Establecidos todos los escenarios posibles son más las ventajas que se pueden obtener pero no tanto en el plano jurídico, pues llegado el momento muchos estudiosos analizaran el fallo desde diversas perspectivas, lo importante acá es buscar ese beneficio más bien de manera interna en reconocer cuan importantes somos, que los triunfos solo son posibles si primero lo internalizamos en nosotros y luego luchamos por obtenerlos, que procedemos de una raza heroica y que verdaderamente dejemos de vernos como el mendigo sentado en un banco de oro; para sintonizarnos mejor como - parafraseando a Raimondi- “En el libro del destino del Perú, está escrito un porvenir grandioso". Las cartas están echadas.